Científicos británicos han diseñado una estructura de metal articulada que cambia de forma según las emociones de la gente, reflejadas en Twitter. El modelo podría servir de base a arquitecturas más complejas que se adaptaran a los sentimientos individuales o comunitarios.
Un jardín "reactivo a Twitter" podría servir de prototipo para la futura construcción de edificios "inteligentes" que puedan adaptarse a nuestro estado emocional. La estructura ha sido creada por académicos de la Universidad de Lincoln (Reino Unido), que se han inspirado en el jardín de las Capacidades Digitales de la universidad.
El proyecto de investigación, denominado STAN (Ciencia, Tecnología, Arquitectura y Redes), que agrupa a informáticos y arquitectos, está estudiando si la arquitectura es capaz de reflejar y hacer un mapa de las emociones humanas.
El jardín se compone de una estructura articular de acero sin procesar, que se puede colocar tanto en posición vertical como en horizontal, y está controlada por las reacciones de la gente a través de Twitter. De esta manera, se remodela constantemente.
Richard M. Wright, profesor titular de la Escuela de Arquitectura de Lincoln, desarrolló la construcción, junto con la también profesora Barbara Griffin y los estudiantes Andy Hayeselden , Nicholas Sharpe y Liam Bennett, de la Escuela de Arquitectura de la Universidad.
Emociones comunitarias
Wright señala en la nota de prensa de la universidad: "El jardín esencialmente apunta a un futuro en el que los edificios podrían modificarse a sí mismos en respuesta a la observación de nuestro estado emocional a través de las redes sociales. Por ejemplo, si tenemos ganas de ponernos un gran y acogedor suéter y de tomar una taza de sopa caliente hirviendo, bajaría la temperatura y abriría una ventana.
Los edificios también pueden comenzar a reflejar el estado de ánimo de una población mediante el cambio de color o forma, remodelando constantemente nuestra percepción del entorno urbano, con fachadas cambiantes en respuesta a los deseos y las emociones de la comunidad.
"El hecho de que decidiéramos mantener la apariencia de metal sin procesar de la estructura es un recordatorio tangible del pasado industrial de Sheffield, cambiado y desgastado como resultado del entorno", añade.