Parece inofensiva y hasta un alimento rico y sano, pero
¿sabes exactamente qué estás tomando cuando tomas un vaso de leche de vaca?
Entre los componentes de la leche de vaca encontramos en muy altas porcentajes,
la caseína, sustancia que en el organismo tiene severas consecuencias:
La caseína se coagula
en el estómago y forma grumos muy difíciles de digerir y, aunque ciertamente
ayuda a la formación de huesos y dientes, es un alimento indicado tan solo para
los becerros, quienes tienen un estómago apropiado (con cuatro cavidades) para
digerirla sin ningún problema.
La caseína es usada en la industria para hacer
pegamentos que se usan en carpintería, por lo mismo, cada vez que tomas leche
de vaca estás dando a tu organismo una sustancia viscosa que se endurece y se
pegostea en los intestinos, impidiendo y bloqueando y entorpeciendo la
asimilación de nutrientes y la eliminación del desecho de agentes tóxicos.
Nuestro estómago no está
adecuado para consumir leche de vaca
Hay mucha propaganda, muchos doctores y gente especializada
en nutrición que recomiendan y hasta insisten en que se consuma leche de vaca
porque aseguran contiene proteínas y calcio “indispensables” para las
necesidades del organismo. Sin embargo, hay que saber que nuestro estómago no
está adecuado para este alimento. Existen dos enzimas, la renina y la lactasa,
que son las encargadas de descomponer y hacer digestible la leche de vaca.
Dichas enzimas, en casi todos los seres humanos, dejan de producirse alrededor
de los tres años.
Cuando la leche entra al organismo y no encuentra dichas
enzimas, sucede que el estómago tiene que hacer esfuerzos considerables por
digerirla, y, a pesar de su enorme trabajo para que el alimento sea asimilado,
no lo consigue del todo, así que la leche se queda en los intestinos adherida
como una especie de pasta difícil de remover.
Con el tiempo, estas adherencias se
fermentan, se secan, se hacen una especie de costra que, con los años, da lugar
a severas innumerables enfermedades, entre las cuales encontramos problemas de
la tiroides, diabetes, alergias de todo tipo, intolerancia a ciertos alimentos,
excesos de flemas y mucosidades, tos y catarro, etc.
• La leche de vaca ya no es la leche de hace años.
Actualmente contiene muchos químicos, hormonas, pesticidas, antibióticos, etc.
que no se notan en el vaso de leche blanca.
• La leche se vuelve ácida en el cuerpo humano debido al
calor del organismo y a que tiene que pasar mucho rato ahí dentro, debido a la
dificultad de su digestión
• La leche que no está pasteurizada es muy peligrosa, ya que
fomenta las bacterias.
• La leche pasteurizada a altas temperaturas pierde casi por
completo todos sus nutrientes y la grasa animal se satura, lo que la hace
dañina y perjudicial para la salud.
¿Que consumir
entonces?
Entre los derivados de la leche se encuentra la mantequilla,
el queso, la crema, y el yogurt. Es difícil cuando uno está acostumbrado a
estos alimentos, quitarlos de la dieta, sobre todo cuando hemos crecido bajo
una cultura alimenticia que nos acostumbró a ciertos alimentos.
Sin embargo, si
lees este articulo, es porque sin duda estás inclinado a saber cosas acerca de
tu salid, y seguramente para ti representa algo importante aquello que
consumes. Haciendo un esfuerzo, puedes ayudar mucho a tu organismo eliminando
poco a poco (si puedes radicalmente, mejor) la leche de vaca y sus derivados.
A continuación te presentamos una serie de consejos para que
puedas sustituirlos, pero has de saber sobre todo que tu cuerpo no necesita
estos alimentos en lo absoluto. Si tienes una dieta equilibrada, puedes
eliminarlos con toda confianza. Si eres una mamá o un papá interesado en que
tus hijos estén sanos, puedes seguir los mismos consejos sin ninguna
preocupación.
• Sustituye la leche de vaca por la de soya. En la
actualidad existen muchos productos, ya sea en polvo o líquida que la
promueven.
• El yogurt puedes sustituirlo por los yogurts que venden en
las tiendas naturistas o por búlgaros.
• El queso de vaca puede ser sustituido por el famoso Tolú,
el cual puedes preparar en diversas recetas y tiene una consistencia parecida
al queso panela.
• Si sientes mucho antojo por un queso hecho con leche de
vaca, prefiere el de panela, el requesón o el queso blanco (fresco). Procura
que no sean muy salados.
• El brócoli, las nueces, las verduras de hoja verde oscura,
el amaranto, la miel, la avena, la naranja, el polen, la alfalfa, la levadura
de cerveza, el coco, las almendras (sobre todo las almendras) son alimentos
ricos en calcio. Dos almendras contienen el doble de calcio que un vaso de
leche. Ideal para los niños, en mezcladas en un licuado de frutas por las
mañanas antes de ir a la escuela.