martes, 11 de agosto de 2015

El asesino silencioso. No causa síntomas, pero sí, discapacidad o muerte.

Es la presión a la que circula la sangre por las arterias para llevar el oxígeno y nutrientes a todos los órganos del cuerpo.
Lo normal es que sea igual o menor de 120 milimetros de mercurio (mmHg: unidades en que se mide la presión) la sistólica y 80 mmHg la diastólica. Comúnmente se suelen llamar la "alta" y la "baja" respectivamente. Cuando la baja es igual o mayor de 80 y la alta de 130 se dice que existe hipertensión arterial.

La tensión sistólica arterial es la ejercida por la sangre al ser expulsada por el ventrículo hacia la aorta, la presión máxima. La diastólica es la que aparece cuando el corazón se relaja, en esta ocasión es la mínima presión ejercida por la sangre.

Estas presiones varían a lo largo del día, siendo más alta al despertar y más baja a medida que se aproxima la noche. También cambia con la edad de la persona, aumentando con los años.

Hipertensión arterial

Se considera que la presión es elevada en un adulto cuando la sistólica es superior a 130 mmHg y la diastólica es superior a  80 mmHg. Tener una presión elevada incrementa la posibilidad de sufrir un accidente cerebrovascular o un ataque cardiaco. 

Esto es así por los efectos perjudiciales para la salud que tiene esta tensión y que si se tratara no los tendría.
Según la encuesta de factores de riesgo llevada a cabo por el Ministerio de Salud y Ambiente de la Nación en 2005, el 36% de la población padece hipertensión arterial.

Es una enfermedad frecuente y se la llama "el asesino silencioso" porque, generalmente, no causa síntomas durante muchos años hasta que lesiona un órgano vital, como el corazón, el cerebro o los riñones. 

Es por eso que es necesario hacerse controles periódicos de la presión arterial desde edad temprana y aunque no aparezcan síntomas. Es importante también cambiar hábitos en el estilo de vida que pueden ser perjudiciales como el exceso de peso, sedentarismo y tabaquismo.

Las personas con hipertensión generalmente no tienen ningún síntoma que le indique que tenga esa presión elevada. En algunos casos los pacientes refieren cefalea, mareo y/o decaimiento.

Lo grave aquí es el 50% de los hipertensos desconoce su condición y, entre quienes sí están al tanto, muy pocos se tratan correctamente. Las principales complicaciones de esta afección son el accidente cerebrovascular y la insuficiencia cardiaca. El 25% de las muertes por accidente cerebrovascular son atribuibles a este trastorno.

Los hombres jóvenes y adultos son más propensos a la hipertensión que las mujeres, pero éstas, después de la menopausia, comienzan a tener la presión elevada y superan a los hombres en número.

La hipertensión puede perjudicar a varios órganos, como al riñón (puede darse insuficiencia renal), al ojo (pérdida de agudeza visual), al sistema nervioso (hemorragia cerebral, trombosis) y también al corazón (insuficiencia cardiaca, angina de pecho e infarto de miocardio).

Las causas

En la mayoría de los casos (un 90-95%), son desconocidas denominándose a esta hipertensión primaria o esencial. En otros casos, la presión elevada se llama secundaria porque es consecuencia de otra patología. Las más frecuentes son las enfermedades renales, los trastornos hormonales, los anticonceptivos orales y otros medicamentos, el consumo excesivo de sal, alcohol y las adicciones a ciertas drogas.

Factores que predisponen su aparición:

- Antecedentes familiares de presión alta

- El embarazo

- La obesidad

- Consumo excesivo de sal

- El tabaquismo

- El alcohol

- El estrés

- La adicción a ciertas drogas

Como se la diagnostica

Para saber si una persona es hipertensa se requiere haber tomado en tres ocasiones una tensión elevada en días distintos (la persona tiene que estar en reposo y tranquila, una condición necesaria para que el nerviosismo y el esfuerzo no aumenten las cifras).
Mediante el interrogatorio médico se intentará conocer la causa de la hipertensión.
Los análisis de laboratorio nos permitirán saber si existe algún órgano dañado por ella.

Prevención. Medidas generales.

Se puede tomar medidas para prevenir su aparición:

• Mantener el peso controlado: cuando el peso aumenta, lo hace también la presión. Para perder peso es necesario consumir menos calorías de las que se queman. Sin recurrir a dietas extremas, lo mejor es elegir alimentos bajos en calorías y grasas y recurrir al ejercicio.

• Preparar o elegir comidas bajas en sal: generalmente la presión baja cuando se reduce su consumo de sal. Se aconseja tomar no más de 3 gramos diarios. Hay que tener en cuenta que muchas comidas preparadas de fábrica llevan incorporada sal, por eso se recomienda tomar alimentos frescos (carnes, pescados, verduras).

• Realizar ejercicio físico diariamente: la combinación de una dieta baja en calorías y grasas con el ejercicio consigue disminuir el peso corporal. El deporte ayuda a reducir el colesterol total y a bajar la presión sanguínea. Incluir el ejercicio dentro de la rutina diaria consigue disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, incluso una actividad ligera.

• Beber alcohol con moderación: consumir alcohol en grandes cantidades eleva la tensión arterial. Se recomienda no beber más de una o dos copas diarias de vino o su equivalente en alcohol.
Siguiendo estos consejos se puede prevenir la aparición de la hipertensión o disminuir sus cifras.

Hipertensión y Embarazo

La hipertensión inducida por el embarazo es un cuadro clínico que aparece exclusivamente durante la gestación a partir de la semana número 20. Se define a la hipertensión en este caso, cuando las cifras de presión arterial mínima (diastólica) son mayores a 80 milímetros de mercurio (mmHg) y la máxima a 130 mmHg en dos o más determinaciones consecutivas, con una hora o más de diferencia entre cada medición.
Aproximadamente el 10% de los embarazos presentan algún grado de hipertensión.

Factores de riesgo: Embarazo adolescente; primer embarazo, si el mismo se produce luego de los 35 años de la madre; embarazo múltiple, antecedentes familiares, donde el riesgo es mayor en hijas y nietas de mujeres que han presentado este cuadro; bajo nivel socioeconómico; y enfermedades asociadas, como la diabetes, nefropatías, enfermedades autoinmunes, entre otras.

A la madre puede provocarle:

• Desprendimiento de placenta

• Trastornos de la coagulación

• Insuficiencia renal

• Hemorragia cerebral

• Rotura hepática

• Edema de pulmón

• Convulsiones

• Muerte
Al hijo/a que lleva dentro del útero puede provocarle:

• Retardo de crecimiento intrauterino

• Parto prematuro

• Sufrimiento fetal

• Muerte

El estricto control de la presión en los exámenes prenatales y las correctas indicaciones del médico obstetra actuante, evitarán que el aumento de la tensión arterial provocada por el embarazo afecte a la madre y a su futuro hijo.

Hipertensión arterial en la infancia y adolescencia

La incidencia de hipertensión arterial infantil varía entre el 1,5 y el 3%, por eso es recomendable la toma de la misma en forma regular y periódica.
Estudios en adolescentes fallecidos demostraron que las grasas adheridas a la pared aórtica y de las coronarias se relacionaban directamente con los niveles de hipertensión arterial, de colesterol LDL (o malo) y triglicéridos.

El aumento de presión arterial debe ser detectado lo más temprano posible para evitar el desarrollo de la arterioesclerosis.

La epidemia de obesidad infantil debería hacer importante la detección y el tratamiento en hipertensión infantil para la reducción de riesgos a largo plazo de la salud; sin embargo, no se dispone de datos de apoyo.

La hipertensión primaria o esencial es más común en adolescentes y tiene múltiples factores de riesgo, incluyendo obesidad e historia familiar de hipertensión.

La evaluación involucra una historia y examen físico completo, pruebas de laboratorio y estudios especializados.

Preste atención a estos dos estudios recientes

1 - Se recomienda medicar para bajar la presión a los mayores de 80 años.
Londres (R. Unido).

Según un nuevo estudio científico, debiera recomendarse como rutina que la gente mayor de 80 años reciba medicamentos para bajar su presión arterial. El estudio muestra que estos medicamentos, que por lo general no se recomiendan a la gente muy mayor, podrían reducir en un quinto la cantidad de muertes y más de un 60% los infartos.

Los médicos suelen considerar a las lecturas de hipertensión en gente mayor como algo normal y tienden además a evitar la medicación para la hipertensión porque muchos pacientes de la tercera edad ya toman varios medicamentos.

La Prueba de Hipertensión en los Mayores (Hyvet), coordinada por científicos del Imperial College London, es la mayor prueba clínica en analizar los efectos de una baja de la presión arterial en gente de más de 80. Estos resultados acaban de aparecer publicados en el "New England Journal of Medicine".

2 - Tener un padre hipertenso duplica el riesgo de padecer el trastorno.
La familia también puede legarnos un riesgo elevado de padecer hipertensión.
Baltimore (EEUU).- La familia también puede legarnos un riesgo elevado de padecer hipertensión, según sugiere una investigación estadounidense.

Este trabajo, que realizó un seguimiento a 1.160 varones durante 54 años, muestra que los hombres con uno o dos progenitores hipertensos tienen muchas más posibilidades de desarrollar el trastorno a lo largo de su vida que aquellos cuyos padres no tienen problemas con la presión arterial.

En concreto, esta investigación -desarrollada por científicos de la Universidad Johns Hopkins de Baltimore-, muestra que tener una madre con hipertensión aumenta en un 50% el riesgo de padecerla en el futuro. Si el hipertenso es el padre, la cifra se eleva hasta el 80%. 

Y, si ambos progenitores padecen el trastorno, supera 140%. Las posibilidades de sufrir hipertensión pueden ser hasta 20 veces superiores a la población general si se desciende de dos personas que han desarrollado la enfermedad de forma muy temprana (antes de los 35 años). "Estos datos enfatizan la importancia de preguntar a los pacientes sobre el historial familiar de hipertensión para identificar a aquellos que tienen un mayor riesgo de desarrollar el trastorno, especialmente en la juventud", explican los autores en su trabajo.

Recuerde

• Algunas personas creen que por tomar un medicamento ya no tienen que hacer ejercicio ni vigilar el peso. Otras no les gusta tener que tomar medicamentos todos los días. Pero al hacerlo "todo a la vez", puede controlar sus cifras de presión arterial.

• “Afirman que la ignorancia es la primera causa de muerte cardiovascular”. La educación y la concientización son las herramientas necesarias para evitar que nos dañe. El conocimiento hará que puedan evitarse un accidente cerebrovascular o un infarto de miocardio, que se incremente la expectativa de vida y, lo más importante, que se viva plenamente.

• Acuda a la consulta periódica con su médico y que entre otras cosas le tome la presión y le solicite análisis de laboratorio para chequear el estado del colesterol, el azúcar y como funcionan su hígado y riñones.

• El control prenatal a toda embarazada debe realizarse en forma temprana, periódica y continua. La toma de la tensión arterial no debe faltar.

• Lleve a su hijo al pediatra para controlar los factores de riesgo cardiovascular: presión arterial, azúcar y grasas en sangre.

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