Existen diversas posiciones y artículos sobre la repercusión
que tiene la costumbre de besar a los hijos en los labios, sin embargo se
resume en que hay 2 panoramas reales que pueden darse.
En primera instancia el contacto de los labios de un adulto
con los labios de un bebé es un canal de transmisión de muchas enfermedades y
bacterias contra las cuales el adulto ya ha generado los respectivos
anticuerpos naturales, mientras que un bebé carece de este tipo de defensas
debido a su corta edad. Es decir que un virus como la gripa o gripe, puede
estar en los labios de un adulto a pesar de que este no la esté padeciendo, ya
que su organismo lo neutraliza fácilmente; pero al entrar en contacto con la
saliva del bebé, el virus puede proliferar más fácilmente.
Virus como la gripa son tremendamente peligrosos en un bebé
que no alcanza los 2 años de edad. Se conoce casos en los que bebes han muerto
a causa de neumonía debido a una gripa o por asfixia debido a la obstrucción de
sus vías respiratorias. Este es un caso extremo respecto a los besos boca a
boca con un niño.
El segundo panorama se da en la etapa en la que el niño ya
esta entrando en el "uso de razón", como comúnmente se le conoce a la
época en la que comenzamos a almacenar recuerdos y costumbres. Un beso en la
boca puede crearle a un niño entre los 3 y 11 años un mensaje bastante
equivocado y en ocasiones crear un trauma que repercutirá en su adolescencia.
Los besos en los labios son estímulos que crean como
respuesta una reacción fisiológica de placer la cual, durante la pubertad se
asocia con la obtención del placer sexual y la activación de la excitación.
Todo ello está ligado estrechamente con las sensaciones gustativas que hacen
parte del instinto reproductivo.