Durante años nuestras madres nos han
enseñado a que debemos limpiar nuestras orejas regularmente utilizando un
hisopo o cotonete. Aquí te mostramos por qué tienes que dejar esta práctica
inmediatamente si no quieres arruinar la salud de tus oídos.
¿Qué son los hisopos?
Un hisopo o cotonete es un instrumento utilizado
para recoger muestras, para su posterior estudio, normalmente en medicina se
usa para saber qué germen afecta a una infección. Tiene forma de bastoncillo
acabado en una punta de algodón. Otro tipo de hisopo es el que se utiliza para la limpieza del conducto
auditivo.
¿Qué dicen los médicos?
Los otorrinolaringólogos indican que bajo ningún punto de vista
utilicemos hisopos para limpiar nuestras orejas. ¿Por qué? Es que al insertar
un hisopo en el oído no hacemos mas que empujar lacera hacia
adentro. Esto hace que, además de crear un tapón auditivo, con el tiempo seamos
propensos a infecciones y enfermedades auditivas como otitis, laberintitis,
entre otras. Además, la membrana timpática puede romperse si realizas un mal
movimiento. Ten en cuenta que cuanto más toques tus oídos más estimulas a las
glándulas para que produzcan cera.
¿Para qué sirve la cera de los oídos?
El oído es un órgano que tiene la particularidad de
limpiarse a si mismo. Posee unas glándulas llamadas ceruminosas que producen el
cerumen. Esta sustancia no sólo lubrica el conducto auditivo externo sino que
también lo mantiene perfectamente limpio. Además, el
oído cuenta con cilias, unos vellos muy particulares que al moverse hacia
afuera van empujando todas las partículas extrañas que provienen del exterior. El cerumen junto con la producción de lubricante y la presencia de vello, protege nuestros oídos.
Cuando se generan cantidades excesivas de cerumen debe consultarse a un especialista,
no debes usar introducir ningún elemento dentro de tus oídos para quitar el
cerumen.
La oreja sí
Ahora ya lo sabes, NUNCA utilices hisopos para
limpiar el interior de tus oídos. Pero sí los puedes usar para limpiar la
superficie exterior de tu oreja ya que en sus pliegues del cartílago se suele
acumular suciedad.