Los tailandeses han adoptado una tendencia realmente rara:
hay personas cuidando de muñecas (supuestamente embrujadas) bajo el pretexto de
que ofrecen prosperidad y buena suerte.
Se tiene la creencia de que estas
muñecas, a las que llaman look thep (niño Dios), están habitada por espíritus
infantiles, creados a través de una serie de rituales muy especiales.
Se podría decir que esta práctica es una variación del
antiguo kuman tanga, una costumbre en desuso en la que los fetos humanos que
morían en el útero eran adorados. Los “diositos” son un medio para que las
personas veneren las almas de los espíritus de los niños sin tener que recurrir
a los fetos mal logrados.
Multitud de individuos, entre las que se incluyen algunas
celebridades de Tailandia, garantizan la eficacia de las muñecas look thep.
Estas figuras públicas afirman que sus muñecos les traen éxitos en el mundo del
espectáculo.
“El primer día lo llevé para comprarle algo de ropa de bebé.
Después de pagar las compras, recibí una llamada de mi trabajo, que había sido
temporalmente cancelado, ¡estaba de vuelta!”, dice Bookkoh, un DJ de Tailandia
que trabaja en la emisora 94 FM.
Las personas suponen que premiando a los muñecos con
artículos costosos se les retribuye en igual medida. Pero nadie en todo Bangkok
está tan obsesionado por estos niños dioses como la coleccionista de muñecas
Mae Ning. Esta mujer fundó un club en línea cuyos miembros son poseedores de
muñecos look thep y, además, es el cerebro tras la versión más reciente de las
muñecas. Ella comenzó a hacerlas hace tres años, como un medio para hacer
frente a un hijo descarriado.
“Pensé en cómo podía controlarlo, cómo hacer que se
comportara. Entonces me inspiré e hice un muñeco para representarlo y cree un
alma para ello”, explicó en una entrevista. “Coloqué hechizos de mi hijo en el
muñeco. Fue así que todo empezó”.
Mae Ning ahora es responsable por la fabricación de miles de
muñecas, cada una de las cuales está destinada a la adopción por un padre o una
madre. Básicamente esta mujer se dedica a modificar las muñecas de fábrica; les
agrega peso y les cambia el cabello.
Después realiza un ritual en donde invoca
a la diosa del hinduismo Parvati, con la finalidad de crear nuevas almas de
niños que pasen a vivir en las muñecas. Cada una de estas muñecas recibe un
nombre y el conteo de su edad empieza a partir del instante en que “volvieron a
la vida”. En ocasiones algunos clientes les llevan sus muñecas para que se
encargue de “rellenarlas” con nuevas almas.
“Las tratamos como si realmente tuvieran vida”, dice Mae que
también garantiza no usar los espíritus de niños muertos, y niega el uso de
fetos muertos. La mujer dice que rellena sus muñecas con “abundancia” y
“semillas” que representan la esencia de la vida.
Los precios de estos artículos varían entre 3,000 y 15,900
bahts ($1,300 y 7,200 pesos mexicanos), dependiendo de la calidad de las
muñecas o de sus almas.