Los cánceres asociados al gen MYC tienen alterado el ritmo
circadiano, lo que les hace buenos candidatos para la cronoterapia.
Al contrario que las células sanas, las cancerosas no
duermen. Las primeras se rigen por el reloj biológico de 24 horas que marca las
horas de sueño-vigilia, pero no ocurre lo mismo.
¿El responsable? El gen Myc,
según un estudio ha visto que Myc es uno de los genes del cáncer responsables
de alterar el ritmo interno de 24 horas y, en consecuencia, las rutas
metabólicas en las células cancerosas.
Los investigadores de la Escuela de Medicina han demostrado
que MYC puede afectar el ritmo circadiano y el metabolismo al unirse a
determinadas regiones promotoras de genes clave para el mantenimiento de los
ciclos diarios.
vídeo..........
Nuestros datos sugieren que los cánceres asociados a MYC
tienen alterado el ritmo circadiano a causa de otra proteína: a REV-ERBα»,
señala Brian Altman, de la Universidad de Penn. Por ello, añade, estos tumores
pueden ser buenos candidatos para la «cronoterapia», que se basa en aplicar el
tratamiento en el momento adecuado durante el día podría disminuir efectos
secundarios en las células normales mientras que destruye las cancerosas más
eficazmente.
Se sabe que un incremento en la expresión de REV ERBα o una
reducción de la expresión de otra proteína, BMAL1, son predictores de mal
resultado clínico para los pacientes con neuroblastoma, según os datos de
supervivencia de pacientes del Hospital Infantil de Filadelfia y la Universidad
de Colonia (Alemania).
Los resultados, comenta Hsieh, nos ayudan a «comprender
mejor cómo y por qué las células cancerosas secuestran de la célula su
eficiente maquinaria energética para poder seguir un ritmo de replicación
rápida». Es decir, sabiendo que las células cancerosas tienen un perfil
metabólico diferente, el equipo conjetura que esto puede servir para determinar
cuándo para tratar el cáncer -cuando las células sanas están en reposo y las
tumorales no- para así disminuir la toxicidad, al tiempo que aumenta la
eficacia contra el cáncer que nunca duerme.