Un estudio evaluó los gustos alimenticios y personalidades
de cerca de 1,000 personas; según los investigadores, entre más simpática es
una persona, menos le gustan los alimentos amargos.
Los investigadores estudiaron los hábitos alimenticios de
cerca de 1,000 personas y llegaron a las primeras evidencias empíricas de que
los gustos alimenticios y la personalidad quizá estén relacionados.
El estudio evalúo
primero a 500 hombres y mujeres a los que se les presentó una serie de
alimentos dulces, salados, amargos y ácidos. Se les pidió que calificaran de 1
a 6 qué tanto les gustaba cada alimento y luego tomaron pruebas de
personalidad.
En un segundo experimento, a los participantes se les dio
una lista de afirmaciones y tenían que decir qué tan de acuerdo estaban con
ellas. Estas frases están diseñadas para diagnosticar rasgos de la personalidad
como maquiavelismo, narcisismo y psicopatía. Por último, se les pidió completar
dos pruebas psicológicas más y con base en estos resultados conectaron las
preferencias.
El experimento se realizó en otro grupo de 450 personas, y
así los investigadores pudieron concluir que "los gustos generalizados por
los sabores amargos surgieron como un factor que predice el maquiavelismo,
narcisismo y psicopatía.
También encontraron que las personas que son más simpáticas
(según una serie de criterios psicológicos) son a las que menos les gustan los
sabores amargos.
Los investigadores sugieren que quizá a las personas con
rasgos de personalidades oscuras les gustan más estos sabores (como el
chocolate amargo, el café negro, el agua tónica y otros) porque los perciben
como una experiencia extrema. En lo salvaje, las plantas amargas a veces son
las que son venenosas y es por eso que el cuerpo tiende a rechazar estos
sabores por pensar que son una amenaza.