sábado, 8 de agosto de 2015

¿Tu bebes licor con el estomago vació? No lo hagas más.

Si tomas alcohol con el estómago vacío, aceleras el proceso, es decir, haces que el alcohol llegue antes al torrente sanguíneo y precipite sus efectos.
Puedes llegar a emborracharte entre 30 minutos a 2 horas después del consumo según Forcon, especialistas en toxicología. Sin embargo, si antes de consumir alcohol comiste, los efectos se minimizan. Aclaración, se considera que el estómago está vacío cuando han pasado entre 2 a 4 horas luego de la última vez que ingeriste comida.

El diaro OnLine El País se contactó con Xavier Parés, profesor de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad Autónoma de Barcelona, él indicó que la mayor parte del alcohol se absorbe en el intestino delgado, entonces si bebes con el estómago vacío, el trago pasa rápidamente y se produce un pico elevado de concentración en la sangre. Si bebes con el estómago lleno, el alcohol se absorbe lentamente porque el vaciado gástrico tarda más en producirse y el pico de concentración en la sangre es más moderado. Es menos tóxico para nuestro cuerpo. 

Hay más desventajas, el alcohol puede irritar la musoca gástrica. Esto quiere decir que puedes desarrollar una gastritis o una inflamación en las paredes del estómago. Entérate de más.

¿Qué ocurre con mi cuerpo?

El doctor español Francisco Pascula, vicepresidente de la Sociedad Científica Socidrogalcohol, señala que existen bastantes efectos secundarios rápidos e intensos cuando bebes alcohol sin haber comido, pueden ser los siguientes: 

alteración de los reflejos, mareos, habla rápida y distorsionada, calor, descoordinación de movimientos. Todos estos aparecen muy rápido y son intensos porque el alcohol llega a gran velocidad al torrente sanguíneo. En los jóvenes como nosotros es aún más vehemente ya que nuestra tolerancia al alcohol es más baja que la de las personas adultas que están acostumbradas a beber de manera moderada.

Entonces, ¿Qué notarás si bebes con el estómago vacío? Primero será una sensación de calor intensa, aún cuando haga frío. El alcohol disminuye el riego en los órganos internos por eso no se nota calor en la piel. La realidad es que estás perdiendo temperatura porque al llevar la sangre a la periferia, el calor corporal se escapa al exterior. Es por esta razón, que si has estado en un coma etílico, uno de los mayores riesgos es la hipotermia.

Ahora, ¿Quieres saber porque te portaste como una loca la semana pasada? Cuando el alcohol llega al cerebro, lo engaña. Afecta a la corteza cerebral, la zona que gestiona los pensamientos y la memoria. Por eso te desinhibes. Puede ser que comiences a hablar de manera rápida, que te notes eufórico. Todo esto sucede solo cuando tomas entre una a dos copas. 

Si has tomado más, entonces afecta la zona del cerebelo límbico. Comienzas a sentir somnolencia y alteraciones psicomotoras. Si sigues bebiendo puede suceder que te afecte la zona del cerebro que controla los órganos y puedes entrar en un coma etílico.

Luego de que le has hecho tanto daño a tu cuerpo, el hígado entonces comienza a utilizar las enzimas que oxidan al alcohol y lo convierten en un compuesto que vuelve a ser oxidado por otras enzimas hasta transformarlo en acetato, que es una sustancia no tóxica que se elimina por la
orina. Amigos, dos cervezas tardan entre 3 a 4 horas en eliminarse por completo de tu organismo. Haz las matemáticas.

¿Cómo me preparo para una noche de juerga?

Antes de tomar, asegúrate de haber comido bien, así el alcohol pasará al torrente sanguíneo de forma lenta y gradual. Si tu estómago está lleno de proteínas como carne e hidratos de carbono como verduras, pastas, pan o papas, se retrasará la digestión y por lo tanto el alcohol tardará más en llegar a la sangre. Lo importante es que tienes que incorporar algo de grasas.

También bebe con calma. La absorción del alcohol depende de la velocidad a la que se beba. Mientras más rápido tomes, más rápida sera la absorción. Aprende a tomar despacio, por ejemplo, que una copa dure más de media hora.


Finalmente: hidrátate. El alcohol etílico es soluble en agua. Mientras mayor presencia de agua haya en tu organismo, mayor será la dilución del alcohol y habrá menor cantidad de concentración de este en tu sangre. Puedes ir tomando una bebida alcohólica, luego agua, luego alcohol, luego jugo, etc.
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