Hace unos años, esta bacteria intestinal inquietó a media
Europa provocando varios muertos. Te contamos todo sobre ella, cómo se
contagia, qué síntomas provoca y cómo puedes evitarla.
Bacteria E.coli
Un brote de Escherichia coli ha desatado una alarma
sanitaria en Alemania, porque aunque normalmente este tipo de infección cursa con
síntomas moderados o leves, y cura sin tratamiento, en este caso la infección
ha causado varias muertes. Pero ¿es realmente tan peligrosa?
Miles de personas sufren esta infección cada año en Europa,
y los especialistas desconocen por qué motivo la bacteria provoca síntomas
leves en la mayoría de los afectados, llegando en algunos casos a no
diagnosticarse la enfermedad por pasar desapercibida, mientras que en otros
desencadena la producción de una peligrosa toxina llamada Shiga, que ataca a
los glóbulos rojos y puede dañar la función renal y causar hemorragias, como ha
ocurrido con el brote en Alemania.
Seguramente te preguntarás cómo se propaga la bacteria, si
se puede prevenir el contagio, o si existe un tratamiento efectivo. Respondemos
a las dudas más frecuentes.
¿Qué es la
Escherichia coli?
La Escherichia coli (E. coli) es una bacteria común que se
encuentra en los intestinos de los animales y las personas. Existen muchas
cepas de E. coli, y la mayoría resultan inofensivas, sin embargo, existe una
variedad peligrosa, la E. coli O157:H7, que produce una poderosa toxina (Shiga)
que puede originar graves enfermedades, como el Síndrome Urémico Hemolítico,
que puede desencadenar un fallo renal.
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¿Cómo se propaga la
E. coli O157:H7?
Cuando la bacteria E. coli contamina accidentalmente los
alimentos destinados al consumo humano, la enfermedad se propaga entre aquellos
que han ingerido dichos alimentos. La carne de ganado vacuno, incluso aunque
aparentemente tenga buen aspecto, suele ser la principal vía de infección,
sobre todo si la carne se comercializa picada, o cuando se cocina de forma
insuficiente. La E. coli puede vivir también en las ubres de las vacas, por lo
que puede estar presente en la leche si esta no ha sido pasteurizada.
Los vegetales regados
con aguas contaminadas pueden ser focos de
infección de E. coli
Los vegetales crudos que se hayan regado con aguas
contaminadas o hayan entrado en contacto con heces de animales infectados con
la bacteria, así como aquellos que se hayan lavado con agua sucia pueden
contener también E. coli O157:H7. Además, la bacteria puede propagarse a través
del agua potable, los lagos o las piscinas con aguas residuales, y también la
pueden extender las personas que no se lavan bien las manos después de ir el
baño, y tocan objetos (por ejemplo el picaporte de la puerta) o las manos de
otra persona, o manipulan alimentos o utensilios de cocina.
¿Cuáles son los
síntomas que provoca?
El periodo de incubación (el tiempo que transcurre entre la
infección y la manifestación de los síntomas) suele durar entre 24 y 72 horas
aproximadamente, y comienza con dolores abdominales y una diarrea intensa, a
menudo acompañada de sangre. Normalmente los afectados no presentan fiebre (o
esta es muy leve) ni vómitos.
Por lo general, la enfermedad remite en unos días y, si se
trata correctamente, no presenta complicaciones ni deja secuelas. Sin embargo,
algunas personas, especialmente los niños pequeños y los ancianos, pueden
desarrollar una grave complicación denominada síndrome hemolítico urémico, que
afecta a los riñones, y puede llegar a provocar la muerte, sobre todo si el
paciente está inmunodeprimido.
¿Cómo se trata esta
enfermedad?
La mayoría de los afectados se recuperan espontáneamente en
un plazo aproximado de una semana a diez días. El tratamiento tiene por objeto
controlar los síntomas de la infección, como la deshidratación y las
alteraciones electrolíticas producidas por la diarrea, y los problemas renales
si se presentan. El uso de antibióticos no ha demostrado ser eficaz para
combatir esta enfermedad, ya que el daño principal parece causarlo la toxina y
no la bacteria en sí, por lo que no se suelen administrar.
¿Cómo se puede
prevenir la infección?
Lo más importante para darle esquinazo es evitar los focos
de contagio. Por ejemplo siguiendo las siguientes recomendaciones:
No beber leche ni zumos que no estén pasteurizados.
Lavarse bien las
manos después de utilizar el baño y, si se trata de un baño público, no tocar
nada después de haberse lavado (tapa de la taza, picaporte, grifos...).
Cocinar la carne picada a temperaturas superiores a 70º C y
utilizar un plato limpio para servirla. En un restaurante, rechazar las
hamburguesas poco hechas.
Mantener la carne
cruda separada de otros alimentos, y limpiar bien con agua y jabón las
superficies y los utensilios de cocina después de haber manipulado carne o
verduras.
Tener cuidado de no
tragar agua de piscinas, lagos o embalses.
Beber sólo agua procedente de fuentes que se
consideren seguras; si está en un país con medidas higiénicas deficientes,
utilice agua embotellada, incluso para lavarse los dientes.
Lavar muy bien las
verduras que se vayan a consumir crudas.
¿Son los pepinos
españoles la causa del brote alemán?
Las autoridades alemanas habían responsabilizado del brote
mortal de Escherichia coli, que ha dejado ya quince muertos en el país germano
y uno en Suecia, a un lote de pepinos andaluces. Sin embargo, nuevos análisis
realizados en los pepinos procedentes de España han demostrado que dos de ellos
no portaban la cepa de la bacteria que ha provocado las muertes. En el otro, se
ha detectado una cepa de E. coli, pero que no ha resultdo ser la variedad letal
causante de la epidemia en Alemania.
Así lo ha confirmado este martes la senadora responsable de
asuntos sanitarios de Hamburgo, Cornelia Storck. No obstante, sigue pues sin
saberse a ciencia cierta cuál es la fuente casos de síndrome hemolítico-urémico
(SHU).
Mientras tanto, varios países, entre ellos Alemania y Rusia,
habían cerrado sus fronteras a los productos hortícolas con procedencia
española, lo que ha generado pérdidas económicas multimillonarias.