La alimentación es una necesidad biológica, pero también
cuenta con una importante tradición cultural que ha propiciado el desarrollo y
la transmisión de muchos falsos mitos. Te ayudamos a desmontarlos.
La alimentación es un tema que ha suscitado un gran interés
a lo largo de la historia. Este interés, unido a una cierta ignorancia, han
favorecido el desarrollo de numerosos errores y mitos sobre la alimentación,
que han provocado injustificadamente un cambio en el comportamiento y en los
hábitos alimentarios de muchas personas.
Así, han sido numerosos los alimentos a los que se les han
atribuido características y propiedades falsas debido al mito. "Las frutas
al final de la comida engordan”, “tomando una nuez por la mañana disminuyo los
niveles de mi colesterol”, “me engordan los nervios...” son algunas de las
creencias que se mantienen a consecuencia de numerosas fuentes que carecen del
más mínimo aval científico.
Ya que la alimentación constituye un hecho tanto biológico
como cultural, las creencias y opiniones se han extendido en nuestra sociedad,
bien transmitiéndose por el boca a boca a través de generaciones, o bien por el
tipo de publicidad a la que estamos sometidos.
Sin embargo en la actualidad, y gracias a la base científica
de la que disponemos, es posible desmontar esas creencias, a veces muy
arraigadas, recurriendo a las opiniones y consejos de verdaderos profesionales
de la nutrición y la salud.
Hay alimentos buenos
y malos
FALSO: No hay ningún alimento perfecto y completo, ni
tampoco hay un alimento perjudicial. El conjunto y la variedad son los que
determinan que exista una dieta sana y equilibrada. Lo correcto es establecer
las proporciones concretas en el consumo de alimentos que permiten conseguir un
peso adecuado, pero garantizando el mantenimiento de una buena situación
nutricional.
El agua engorda
durante las comidas
FALSO: El agua es un nutriente acalórico, es decir que no
aporta calorías. Por tanto no engorda ni adelgaza si se toma antes, durante o
después de las comidas. Además, el agua es una fuente importante de minerales y
electrolitos y un elemento vital para mantenernos correctamente hidratados.
Hay alimentos que
adelgazan
FALSO: Todo alimento aporta calorías, el principal
condicionante es la ingesta de las misma. Por tanto lo determinante es la dieta
total, no hay un alimento concreto, ningún alimento hacer perder un gramo. Hay
que encontrar el equilibrio entre la ingesta y el gasto energético.
La fruta después de
la comida engorda
FALSO: La fruta tiene las mismas calorías, no engorda porque
se tome en un determinado orden, sino porque la cantidad de calorías ingeridas
supere las necesidades del individuo. Lo que sí es cierto es que la fruta tiene
un alto contenido en fibra, lo que provoca una sensación de saciedad. En
determinadas dietas de adelgazamiento lo aconsejan porque se tiene menos
apetito en los platos siguientes. Una dieta equilibrada debe incluir el consumo
de al menos tres piezas al día de fruta, ya que son una fuente importante de
vitaminas y minerales
El pan engorda... y
la miga más
FALSO: El pan no es un alimento de elevado valor calórico y
además es pobre en grasa. Es rico en hidratos de carbono, nutriente que
constituye la base de la dieta mediterránea. Otra falsa leyenda que acompaña al
consumo de pan, es aquella que afirma que la miga engorda mucho. Es incorrecto,
ambas son el mismo producto, lo que ocurre es que la corteza por acción del
horneado se deshidrata mientras que la parte interior (la miga) conserva mayor
cantidad de agua, de ahí su aspecto esponjoso
Los alimentos light
adelgazan
FALSO: Los alimentos light son aquellos a los que se les ha
reducido o eliminado alguno de sus componentes calóricos, pero eso no significa
que sirvan para adelgazar. En todo caso, que engordan menos, por así decirlo,
que el mismo alimento no light.
Los productos
integrales tienen menos calorías
FALSO: Suelen contener cantidades muy similares al producto
no integral, lo que realmente les diferencia es que los productos integrales
poseen una cantidad mayor en fibra. Un ejemplo, tanto el pan blanco como el
integral aportan las mismas calorías. La ventaja radica en que la fibra mejora
el tránsito intestinal y tiene un poder saciante sobre el apetito.
Es necesario tomar
suplementos vitamínicos
FALSO: Normalmente es suficiente la cantidad de vitaminas y
minerales que se aportan a través de una dieta variada y equilibrada. No hay
evidencias científicas de que el aporte de vitaminas en personas sanas mejoren
el cansancio, el apetito, etcétera. Si no existe una deficiencia clara, un
suplemento de vitaminas sin necesidad no tiene efectos positivos. Se recomienda
el consumo de suplementos sólo bajo prescripción médica.
Los alimentos frescos
son más nutritivos que los congelados
FALSO: El frío de la nevera o el congelador mantiene las
cualidades de los alimentos sin alteración, por lo que un pescado o una carne
congelada no te va a aportar menos nutrientes que si los comieras frescos.
Saltarse una comida
adelgaza
FALSO: Es un mal hábito. Los especialistas recomiendan
realizar cinco comidas al día, de esta manera controlamos nuestro sistema
hambre-saciedad, ya que al repartir la ingesta en varias tomas al día no
llegamos a la siguiente comida con un hambre excesivo que nos haría comer de
más.
El café eleva la
tensión arterial
FALSO: Este tipo de bebida contiene cafeína, y por tanto es
estimulante, pero relativamente pequeño el efecto sobre la elevación de la
tensión arterial frente a otro tipo de nutrientes, como la sal, que utilizada
en exceso en la dieta puede ser un factor determinante en las cifras de tensión
arterial.
Colesterol, alimentos
buenos y malos
FALSO: Los alimentos no son ni buenos ni malos en función de
la cantidad de colesterol que contengan, hay más aspectos que considerar. El
colesterol es necesario, lo importante es evitar el exceso. De ahí que haya
nutrientes como el huevo, donde se demostró que además de contener colesterol,
posee proteínas como la lecitina, vitaminas y minerales. Este es un ejemplo
claro de considerar al huevo como un alimento malo cuando se ha demostrado que
tiene un valor nutricional importante. Es importante preocuparse por la ingesta
en exceso de colesterol, pero no podemos condicionar la salud y la mortalidad
con este componente, siendo más positivo aumentar la actividad física, limitar
el consumo del tabaco y alcohol, etcétera.
Mezclar hidratos de
carbono y proteínas engorda
FALSO: Es el fundamento de muchas dietas llamadas
disociadas, pero no tiene ninguna base científica. Es muy difícil separar los
alimentos en función de los nutrientes que aportan, ya que cada alimento es una
mezcla de nutrientes.
Los alimentos que
llevan grasas vegetales son más sanos
FALSO: Puede dar lugar a confusión, ya que se puede entender
que contiene aceites de oliva o girasol, y de donde provienen es del aceite de
coco y de palma, que suelen aumentar más el colesterol en sangre.
Mi metabolismo es muy
bajo y por eso engordo
FALSO: Las calorías que necesita una persona sana van en
función de la edad, peso y talla, lo que se denomina metabolismo basal; por eso
cuanto mayor sea su peso mayor será su metabolismo. Es la masa muscular la que
se encarga de quemar calorías, por ello se recomienda realizar ejercicio
físico.
Mi exceso de peso es
por la retención de líquidos
FALSO: Científicamente, tanto el sobrepeso como la obesidad
se caracterizan por un exceso de grasa corporal, y no de líquidos. Por eso se
aconseja no usar indiscriminadamente diuréticos sin el control de un
especialista, ya que puede ser perjudicial para la salud.
Los nervios me
engordan
FALSO: El aumento de peso lo origina una ingesta excesiva de
alimentos de alto contenido energético que se ve favorecida en determinados
estados de nerviosismo o de ansiedad en determinadas personas.