Los bebes tienden a ser muy frágiles en su estructura,
mientras aun mantiene su proceso de desarrollo corporal, por esa simple razón,
debemos tener cuidado al momento de sostener a los niños por sus diferentes
partes.
Principalmente por los brazos, ya que una incorrecta
manipulación de estas extremidades puede
generar una lesión llamada: codo de niñera. Esta molestosa lesión tiende a ser
muy dolorosa para el niño y principalmente los que surcan las edades entre 1 a 4
años y un tratamiento no aplicado a tiempo suele causar daños de por vida. Por
lo general ocurre cuando el radio, un hueso del codo, está fuera de su lugar.
Es bastante común en niños menores de cuatro años, aunque
puede llegar a sucederle a algunos niños más grandes. Sin embargo, en general
no se presenta luego de los cinco años de edad porque para ese momento las
articulaciones ya son más fuertes.
A los niños hay que tratarlos con mucho cuidado, los padres
o tutores podrían causarles una dislocación del codo sin intensión alguna, al
tirar del brazo al niño o de la mano con fuerza. Si el niño no para de llorar y
se niega a mover el brazo por el dolor que siente, es tiempo de pensar que ha
tenido una lesión de codo de niñera. Si esto sucede, es fundamental que llames
a su médico pediatra o que lo lleves a un centro de salud lo más pronto
posible.
DIAGNÓSTICO DEL CODO
DE NIÑERA
Solo un medico calificado o especializado, puede realizar un
examen corporal capaz de confirmar dicha
lesión y al mismo tiempo tomar las medidas pertinentes para realizar el proceso
de cura, que consiste en la recolocación de sus ligamentos en su posición
correcta.
Una persona con solo conocimientos básicos no puede realizar
la maniobra del reacomodamiento de los ligamentos ya que no cuenta con la
habilidad de un experto en ortopedia pediátrica, para colocar en el radio
correcto la cabeza de los ligamentos. Así que no traten de intentarlo pues
existe la posibilidad de agravar la lesión.
INDICACIONES PARA
EVITAR EL CODO DE NIÑERA
No levantes a los niños por las manos o los brazos (mucho
menos repentinamente).
No balancees a los niños agarrándolos de las manos o los
brazos.
No jales a los niños por sus manos o brazos directamente.
Levanta a los niños de manera segura para evitar la lesión,
esto es, tomándolo suavemente por debajo de las axilas.