Las enfermedades cardiovasculares causan el 31,2% de las
muertes en España, y entre estas, la mitad son provocadas por el infarto de
miocardio: la principal causa de muertes entre hombres y mujeres en todo el
mundo, según la Fundación Española del Corazón.
Los ataques del corazón se producen cuando se obstruyen las
arterias coronarias, lo que provoca un riego sanguíneo insuficiente y, en pocos
minutos, puede causar una muerte súbita cardiaca. No obstante los paros
cardiacos pueden revertirse, sobre todo si logramos verlos venir.
Aproximadamente
la mitad de los pacientes con infarto presentan síntomas de advertencia antes
del incidente. Estos síntomas se suceden de manera gradual, en el transcurso de
varios minutos, y detectar cualquier de ellos a tiempo es esencial para evitar
que el infarto provoque un daño irreparable.
Los primeros minutos a partir del momento en que se suceden
los síntomas son vitales: el 75% de las muertes se producen en la primera hora
desde el instante en que nos damos cuenta de que algo no marcha bien. La buena
noticia es que, si actuamos rápido y llegamos al hospital a tiempo, la
probabilidad de sobrevivir es del 95%.
Estas son las
principales señales que pueden indicar la presencia de un ataque al corazón:
1. Fatiga y
dificultades respiratorias
La disnea, o dificultad para respirar, aparece antes de
numerosos infartos, particularmente entre las mujeres, y puede comenzar meses
antes de que suframos un ataque al corazón. Normalmente está acompañada de una
gran fatiga. Se trata de unos síntomas difíciles de asociar a un paro cardiaco,
pero si nos encontramos exhaustos sin una causa aparente lo más inteligente es
que acudamos prestos al servicio de urgencias.
2. Sudoración
excesiva
Sudar más de lo habitual, aunque no estemos haciendo ejercicio,
puede ser una señal de que nuestro corazón tiene un problema. El bombeo de
sangre a través de arterias obstruidas requiere que nuestro corazón haga un
esfuerzo mayor al habitual, la temperatura corporal aumenta debido a este
esfuerzo y nuestro cuerpo suda para tratar de mantenerla a raya. Estos síntomas
pueden aparecer días antes de un infarto: si notamos sudores fríos que no
tienen una causa aparente, y la piel fría y húmeda, debemos ir al médico sin
prensárnoslo dos veces.
3. Indigestión, nauseas
y vómitos
En ocasiones los paros cardiacos vienen precedidos por
problemas digestivos, que incluyen nauseas y vómitos. Estos son los síntomas
más difíciles de asociar con un paro cardiaco, y lo más habitual es que no
tengan nada que ver con éste, pero si tenemos un estómago de hierro y no hemos
comido nada fuera de lo habitual, una indigestión repentina puede indicar que
algo no va bien en nuestro corazón, y haríamos bien en acudir al médico.
4. Dolor en el pecho
Aunque no todos los infartos están precedidos de dolor en el
pecho, este es el síntoma más frecuente y más fácilmente reconocible. El dolor
torácico es, por lo general, prolongado –dura en torno a 15 minutos– y se
percibe como una presión intensa en el pecho, que puede extenderse hasta la espalda,
los brazos y los hombros, sobre todo en el lado izquierdo (zonas que pueden
llegar a dolernos más que el propio pecho). El dolor puede no ser continuado:
en numerosas ocasiones viene y va, pero el infarto llegará tarde o temprano.
Tampoco todos los infartos están precedidos por un dolor de pecho de igual
intensidad: puede dolernos poco y que, aún así, el paro cardiaco sea inminente.
Ante este síntoma debemos avisar inmediatamente al servicio de urgencias.
No debemos
preocuparnos ante una falsa alarma
Si notamos alguno de estos síntomas lo más inteligente es
acudir de inmediato al servicio de urgencias y, en el caso del dolor en el
pecho, llamar enseguida al 112. No siempre estos síntomas indican que vayamos a
sufrir un ataque al corazón, pero es mejor prevenir que curar.
Muchas personas
no actúan con suficiente rapidez, porque el dolor no es demasiado intenso o
porque no reconocen los síntomas, y sólo se dan cuenta de que algo grave ha
ocurrido cuando están tendidos en el suelo.
Por desgracia, en torno a un cuarto de los infartos son
silentes: aparecen sin dolor de pecho y ningún otro síntoma. Pero el resto,
pueden evitarse si estamos atentos y aconsejamos como es debido a nuestros
allegados.